En una época en la que todos se creen humoristas, que cualquier babosada es sinónimo de risas y en la que la mayoría se autoproclama comediante por hacer stand up comedys baratos que no son mas que refritos de situaciones ya vistas, se puede pensar que la originalidad y la poderosa sátira desafiante está en peligro de extinción. En cierta manera puede ser, y el panorama deja ver que quizá ese humor que incomodaba sectores y que planteaba cuestionamientos entre carcajadas es un espécimen que a mucho no les interesa hacer porque requiere neuronas, pensamientos profundos, deseos de comunicar algo y por supuesto salirse un poco del status quo habitual.
Si algo nos ha demostrado el teatro, el cine y en ultima instancia la televisión, es que el buen humor es el que lleva inteligencia intrínseca, y si hay que hablar de comedia inteligente nuestros ojos se deben dirigir al bello pueblo de Springfield que es donde reside toda una institución a nivel humorístico en el mundo.
Para definirlo de la mejor manera voy a hacer uso de una frase de "The Nostalgia Critic" (show en Internet que recomiendo enormemente) que sintetiza perfectamente lo que sucede con este particular fenómeno animado llamado "Los Simpson" a los que él hace referencia como "máximos creadores del humor que utilizamos a diario"
Y es verdad y a su vez es difícil, diría imposible, no llegar a alguna referencia de este programa cuando de jocosidad cotidiana se habla. En nuestras mentes siempre vagará un chiste, una escena, un personaje o una frase pertenecientes a ese universo color amarillo.
Hay que reconocer que con el tiempo han perdido la chispa, y eso, sumado al cambio de voces en latinoamerica, la repetición de situaciones y la proliferación de otros shows, han mermado en el nivel de este programa, pero de cualquier manera es irrefutable la basta influencia que han desencadenado en la cultura actual y parte de ese monstruosos éxito yace en su ácida manera de satirizar y ridiculizar a la sociedad americana, y en general a la de cualquier país, en lo que sin lugar a dudas hace parte de la receta ganadora. ¿Risa y critica mordaz de la mano? Veamos que si es una combinación posible
LISA COMENTARISTA: Bart y Lisa se hacen presentadores de un noticiero infantil en el que el mayor hace el papel de un inculto absoluto y la menor trata de llevar el noticiario a un nivel de verdadero profesionalismo, sin embargo Bart encontrará que lo que realmente motiva a la audiencia es la sensiblería barata y el amarillismo descarnado y fútil el cual muy pronto lo eleva al nivel de estrella periodística.
Es el vivo ejemplo de que el medio informativo esta plagado de buitres oportunistas a los que solo les interesa una historia o caso lo que dura la transmisión y que siempre buscaran dar el trato mas sensacionalista posible a sus cometidos.
El final es para enmarcar pues deja ver que a los medios rara vez les importa una programación con contenido real y que fácilmente tiene mas cabida el peor y mas absurdo de los shows, en este caso "el programa de las barra de chocolate".

El líder y los movimentarios se aprovechan de un pueblo incauto para venderles un supuesto ideal de salvación que jamas llega. Memorable el instante en el que Ken Brokman cambia de opinión en plena transmisión debido a que el canal ha caído en manos de El Lider, vistiendo su punto de vista de intereses, tal como le sucede a muchos periodistas en la actualidad. Matt Groening pone en tela de juicio los extremismos no solo a nivel religioso sino que también son aplicable desde un punto de vista político e ideológico.

Pero todo no para allí ya que en su afán por sacar a su hijo de dicha influencia gay busca llevarlo a un prototipo de masculinidad que al final no resulta como el quiere. El guion del capitulo no solo es gracioso como buen episodio de Los Simpson sino ademas dilucida el retrogrado pensamiento que aun existe en la sociedad americanizada que aún condena a un hombre por sus inclinaciones sexuales y le resta merito a muchos de sus otros aspectos.

En un entorno tan poco meritocratico como el que hemos desarrollado queda claro que estamos llenos de Homeros Simpson que se han vuelto parásitos del sistema y que le han quitado las oportunidades a personas mas capaces y con mejores aptitudes que ellos (Andres Marocco por ejemplo) Claro esta eso si, que ninguno quiere acabar de la manera en que lo hace el pobre hombre de cabello a raz y lentes gruesos.

Por su parte, resaltar esa cruda figurita del alcalde diamante, que se la pasa aprovechándose cual político del turno, de un estratagema de impuestos y triquiñuelas jurídicas para sacar tajada monetaria de una producción cinematográfica alojada en su pueblo.

Por supuesto que si, ya que son muchas las veces en las que un icono para algún grupo, es rebajado al nivel de mortal al poner en tela de juicio su vida, practicas o hechos. es algo que ha venido sucediendo con estandartes contemporaneos como el Che Guevara, Simon Bolivar, John Rockefeler, Cristiano Ronaldo y cuanta persona tengamos por ejemplo de vida. A veces se nos olvida que esos símbolos también son humanos y que los errores deberían hacer parte de su grandeza.

Esta vez el ultraconservador y moralista Springfield escoge a Homero como el enemigo publico numero uno y se deja llevar por los mass-media que los enfilan a este frenesí de juicios donde se demuestra que el peor reflector que puede tener un ser humano es una cámara apuntándole. Por otro lado los incautos no se preocuparan mientras la tele no se ria de ellos sino con ellos.

De entre toda esa masa sobresale Barnie, jugando el papel de artista afligido cuya adicción inspira la oda sentimental mas aplaudida por el publico, lo que resulta gracioso porque el verdadero irreverente es Homero, quien no se vende al parecer común aun cuando eso le significa venerar una tontería como es "la bola en la ingle"
Dos momentos para el recuerdo serian la palabrería de Jay Sherman frente a Patty y Selma dejando ver que el estatus de megaestrella es capaz de romper todo estereotipo de belleza y la magnifica secuencia de los Oscar en la que" La bola en la ingle" se alza con la estatuilla, algo que por graciosos que parezca es un fiel retrato de la realidad cinefila.

Un cuento que ya hemos visto muchas veces pero que con el picante de Los Simpson adquiere un mejor aspecto, claro, porque Lisa, fiel su naturaleza detractora, trata de hacer ver lo insulso que es ese canon de mujer encarnado en la Stacy Malibu, y de repente se embarca en una aventura para crear una muñeca que lleva los valores que debería profesar una de estas figuras inanimadas.
Los esfuerzos y las cooperaciones poco servirán contra una maquinaria que finalmente consigue su cometido y que una vez mas le vende al ingenuo consumidor el mismo producto de siempre, pero con un nuevo sombrero.
10 - SPRINGFIELD PROSPERO O EL PROBLEMA DEL JUEGO: Al mejor estilo de Las Vegas, el pueblo se viste de juego gracias a la benefactora mano de Burns quien aparece como alma caritativa dispuesta a fundar un casino para que la economía del pueblo mejore.
Resulta curioso entonces que quien mas se obsesiona con el azar es la pulcra Marge, enemiga de todos los placeres mundanos, y que nos demuestra que hasta el mas correcto puede ser presa de la tentación y puede desarrollar demonios internos.
Por supuesto que me reí bastante con la escena de "El coco está en la casa" que no solo es hilarantemente divertida sino que ademas deja ver la decadencia de la familia en pro de una existencia absorbida por el nuevo estilo de vida capitalista.