El otro día reparaba en la fiebre que causo hace poco el lanzamiento del videojuego GTA V para Play Station 3 y Xbox 360, y me encontraba con que el fanatismo despertado por ese universo de bits va mas allá de la jugabilidad, las posibilidades online o el banal hecho de robar carros y matar prostitutas (en el juego por supuesto). Resulta ser que hay una parte de la afición que se engancha profundamente con la música que dispone el juego a través de sus emisoras de carácter ficticio.
Lo comparto. Cuando llegue a jugar el San Andreas, hace ya muchos años, descubrí piezas musicales de gran valor como Young Turks de Rod Stewart o Mother de Glen Danzig. Solo existe una experiencia similar de descubrimiento musical y no puede ser otro que el asistir al cine.
Muchas veces, y esto es algo que celebro, las películas vienen acompañadas de soberbias bandas sonoras, a veces creadas exclusivamente para el film, otras como recopilación de canciones conocidas. De cualquier manera, muchas veces no reparamos poco en el poder de un soundtrack potente, que maximice las emociones y que se instale en nuestro recordatorio por mucho tiempo haciéndose un ancla de alguna escena o de un dialogo.
A fuerza de memoria y selección, he tratado de rescatar algunas de mis recopilaciones sonoras favoritas de las películas que no solo me encantaron por sus canciones, sino por ese paralelismo audiovisual, que consiguieron sus directores al incorporarlos.
1- DRIVE (2011): el film por moda y antonomasia de ese año. Queda claro que aquel verano de 2011 fue todo del Windign Refn y su tropa encabezada por Ryan Gosling y Carey Mulligan. Pero para mí también se anotaron otro punto de supremacía en los círculos cinéfilos gracias a ese potente soundtrack lleno de auras ochenteras y reminiscencias al synthpop. Fue un descubrimiento total que inicio con “Nightcall” de Kavinsky, una balada lenta y con olor a calle y peligro, digna representante de la película. Pero resulta ser que el OST, compuesto en su mayoría por Cliff Martinez, tiene también a su disposición colaboraciones de Electric Youth o de Desire , quienes dominan la escena retro-futurista que se ha instalado en Francia por estos tiempos.
El hallazgo no solo se quedo en una seguidilla de temas que te transportan a las aceras color neón de los años 80, sino a un género que viene en auge y que destaca por el virtuosismo de los teclados y los beats alusivos a los primeros videojuegos de hace 3 décadas, remasterizados con gran ímpetu por la ola electrónica de este nuevo siglo. La revelación de Kavisnky me permitió encontrarme con otros magos del synth de similar genio como Lazerhawk o MN1984
2- PULP FICTION (1994): Cuenta Wensley Clarkson en su biografía sobre Tarantino, que el genio detrás de Reservoir Dogs divagaba por las calles del Soho en Londres antes de la creación de su obra suprema, y en una discotienda, algo clandestina, se encontró con una canción que lo encandilo desde e l primer momento, esa no fue otra que “girl you`ll be a woman soon” de Urge Overkill, versionando al maestro de antaño Neil Young. Una vez sus oídos quedaron prendados con tal pieza, se propuso incluirla en un proyecto en el que trabajaba por esos días y cuyo nombre tentativo era Pulp Fiction. El resto de la concepción de esta obra audiovisual, símbolo de la cultura pop, es historia, pero a tal esfuerzo habrá que añadirle un capítulo especial, dedicado a la banda sonora, ya de por si clásica, de esta hilarante historia coral.
Agarrado de su infancia setentera, Tarantino resucita a Dick Dale y el mas desencarnado surf en la clásica escena de la cafetería, y continua apegado al género en los momentos en que Travolta se dopa y Jules desarma a los asaltantes esa mañana después de al fin obtener el maletín. Pero por si no fuera suficiente, se saca de la manga el enmarcable baile de Umma Thurman y el protagonista de “Grace” con otra rola para el recuerdo y ni hablar de las contribuciones de Kool & Gang y Chuck Berry que también añade a su obra maestra. El OST completo también incluye fragmentos de dialogo como el ya archireconocido Ezequiel 25-17 y otros tantos, lo que demuestra una multitarea del buen Quentin a la hora de componer con retazos de otros, su propia banda sonora, que lleva ese sello digno de el, de su vida, de sus experiencias, de su infancia y por sus puesto de su forma de ver el cine.
3- THIS IS ENGLAND (2006): A veces creo que Anarchy in the U.K fue la única canción que le falto a Shane Meadows en el repertorio musical de esta película, plagada de tonadillas punk que nos transportan a ese Reino Unido inmerso en Tatcher, las Malvinas y le movimiento Skin. En parte es obvio debido a la temática de la cinta, que se mese en dichos acontecimientos, pero por otro lado no es gratuito que a base de canticos setenteros nos impregnen con ese aire revolucionario que caracterizó al movimiento skinhead en la tierra de Lady Di.
U.K subs dice en una escena de magnifico montaje “ Warhead, warhead, warhead,” . No hace falta corear más, esa palabra es la esencia pura de la película, es el estribillo de fondo de la vida de los personajes.
Pero ojo que no se queda acá, él reconoce que el movimiento Mod, al que se hace alusión en la película, tiene ascendencias jamaiquinas, y lo deja ver con piezas de Toots and the Maytals y también es consecuente con la época en la que se desarrolla la historia incluyendo temas clásicos de principios de los ochenta como “Come on Eileen” y “Tainted Love”
4- 500 DAYS OF SUMMER (2009): Si ya decía que Drive había sido la reina de los entornos fílmicos en 2011, unos dos años atrás ese lugar le perteneció a esta película, la comedia romántica por excelencia de la nueva generación. Un relato del desamor y las ilusiones que engendró un soundtrack que por sí solo define al film, y no solo eso sino que el apartado sonoro bien podría ser el abanderado de una subcultura hipster en acenso.
Marc Webb consiguió, consciente o inconscientemente, reinventar el género a base de canciones reclamadas por una audiencia joven, amante de lo retro, pero también urgida de nuevos talentos. La fusión de ambas vertientes desencadeno en que el lanzamiento de este OST estuviera presente en el puesto 42 de los Billboard 200 de Estados Unidos.
5- MATRIX (1999): La declaración de los hermanos Wachowski a la hora de componer su banda sonora es clara, “Esta es la nueva era de la tecnología” y queda claro que con semejante aseveración no cualquiera podía encargarse de hacerla musical. Por eso aparecen los jefes del metal industrial, su santidad Marylin Manson, el rey Rob Zombie y sendos exponentes como son The Prodigy y Rammstein. Las guitarras adornadas de la distorsión electrónica, las voces alteradas por los sintetizadores y toda el aura andrógina se hacen presentes en la meticulosa selección de pistas que acompañaron a Neo en su salvación de la humanidad.
Sabe a peligro, a oscuridad, a final de los tiempos, el OST de la primera entrega de la saga tiene aroma a revolución tecnológica, a microchips, a cables conectados a tu cabeza, a todo lo que el argumento de la película se ha encargado de exponer. Pero incluso va más allá, te pone en estado de alerta, te hace creer que realmente existe una esfera apartada de tanto avance digital y masificación de datos, te hace pensar que somos más que ceros y unos en los sistemas de registro. Debo decir que escuchar todo el copilado de canciones de lleno es vivir la película nuevamente sin la necesidad de estarla viendo
El doble crédito es que han sido unos genios a la hora de poner a sonar en su metraje, composiciones bastante comerciales que podrían insinuar un deseo por vender compact disc por parte de sus directores, pero que realmente nacen para hacer parte de esta obra maestra de la ciencia ficción. La jugada es sencillamente acertada.
6- TRAINSPOTTING (1996): Ante una más de esas obras cargadas de referencias ochenteras no puedo hacer mucho. Debo admitir que la música de la mejor década de la historia es una de mis debilidades. Sin embargo esta se haya justificada, en gran medida gracias a la diversidad de situaciones que le acompañan.
¿Quién no ha soñado con huir de la policía al ritmo de un irreverente como Iggy Pop? o de encontrar a una pareja perfecta para esa fiesta mientras Temptation de New Order suena de fondo, y ¿que tal llevarla a tu departamento mientras Atomic de Sleepers les acompaña en el auto?. Bajo esos códigos puedo desglosar miles de situaciones de la película de Danny Boyle y me extendería en demasía, cosa que no necesito hacer para transmitir todo el potencial tan insolente que significa ver este filme de adictos, situaciones jocosas y brit-pop de antaño.
7- GOODFELLAS (1989): No podía dejar de lado a uno de los realizadores que más esmero siente a la hora de componer sus magnas bandas sonoras que se entremezclan vertiginosamente con la edición. Hablo del maestro Scorsese, que de la mano de su montajista de toda la vida, Thelma Schoonmaker , han conseguido una vasta cantidad de metraje perfecto en el que sonido e imagen hacen una danza esplendorosa al ojo y al oído de quien se preste.
Es bien conocido que Martin tiene una devoción hacia la buena música, sus documentales acerca de Bob Dylan o los Rolling Stones dan fe de ello, pero en 1989 pone en marcha toda la influencia italoamericana para hacerle cortinilla a los buenos muchachos que son personificados por De Niro, Joe Pesci y Ray Liotta en su carrera por el poder de las calles neoyorquinas. En la pandilla de intérpretes también se lleva a otros buenos muchachos; Tony Bennet, The Chantels, The Harptones o Aretha Franklin que con ese Blues, Góspel y clima citadino decoran honrosamente las fechorías de los gangsters del East NY.
8-BATMAN, THE DARK KNIHGT RISES (2012): Solo existe uno, un solo aspecto en que la última entrega de la trilogía le hace sombra a su predecesora. Por supuesto es la banda sonora, que nuevamente, al igual que las dos anteriores películas, corrió por cuenta de Hans Zimmer, uno de los compositores más respetados de Hollywood. Gracias a dichos acordes, la música consigue transmitir toda esa tensión y caos que se avecinan de la mano de Bane hacia Gotham City.
Si bien dichas canciones no distan mucho de lo que hemos escuchado de fondo en Batman Beggins y The Dark Knight, al igual que en películas de soundtrack similares (Piratas del Caribe, Ellysium) siento que en esta se respira un ambiente mas sombrío y tenebroso que las otras dos, que la conjunción de imágenes y esos sonidos sinfónicos se alinean con perfección en esta última entrega del caballero oscuro.
9- AMERICAN PSYCHO (2000): Seguro que a muchos no les va muy de la mano el hecho de escuchar a Huey Lewis & The News en una escena de homicidio, o de que New Order haga de cortinilla a una línea bastante sádica de un asesino en serie. Seguro que no, sin embargo Marry Harron lo imagino así, y creo que le dio resultado para retratar no solo a un hombre sino a una época en el violento thriller American Psycho de comienzos de la década pasada.
10- SCARFACE (1983): Cuando pienso en Scarface lo primero que se me viene a la mente es Push it to the Limits de Giorgio Moroder, en primera instancia porque la escuche hasta la
saciedad, en segundo grado porque su letra y su ritmo es el himno de toda la maldita película. Es estar dispuesto a todo por un sueño (aun cuando ese sueño sea volverse el traficante más despiadado de Miami Beach)
Sin embargo este retrato del hampa, remake de la cinta de Howard Hawks, no solo está con su onda italo-disco presente en esa canción. También lo hace con la incursión de Debbie Harry, de Elizabeth Dailly y de la misma María Conchita Alonso en una oda al crimen con vista al mar (nada que ver con la película colombiana) en la que las damitas en patines y los tipos en plan de galanes latinos eran pan de todo el día y la motosierra como método de castigo apenas se ponía de moda
Pacino se pone el papel de desmesurado “drugdealer” en esta adaptación, que poco tiene que ver, tanto sonora como narrativamente con su predecesora, pero a la que se le agradecerá toda esa banda de canciones perfectas para bailar en las discotecas ochenteras repletas de latinos en busca de oportunidades. Aquí, al igual que en otras, las pistas hablan por sí solas, haciendo un hueco en el imaginario colectivo, mas sin embargo consigue, como suele ser habitual en el director, llevar a cabo una práctica que se repetirá con los años en la industria, y que no es otra que dotar de vanguardismo a las más viscerales escenas de violencia.