miércoles, 10 de julio de 2013

22 MILLONARIOS DETRAS DE UN BALON


Voy a contarles un secreto a voces. El  deporte rey como lo conocemos agoniza, y todo se debe a un imparable fenómeno de la mercantilización del fútbol 

Esta mercantilización del balompié se presenta a sí misma como una oportunidad innegable para clubes de poca historia o de reivindicación para equipos que en otras latitudes del tiempo se mostraban como planteles e instituciones de elite y que han perdido dicha categoría. En cualquier caso el que un grupo inversor de oriente medio estampara su firma en un club del viejo continente era un hecho impensado hasta hace unos 10 años

Todo comienza a mediados de 2003 con la adquisición del Chelsea por parte del magnate ruso Roman Abramovich, y sus pasos los siguieron Thaksin Shinawatra, que se haría con una porción del Manchester City para luego dar paso a  Sulaiman Al-Fahim y su sequito de Emiratos Árabes  quienes llevarían al modesto club a la cúspide mediática. Eso quizá motivaría  al ruso Suleyman Kemirov a poner algo de su vasto capital en un poco conocido Anzhi Makhachkala que pronto comenzaría a hacer ruido con la adquisición de Samuel Etoo. Lo siguiente fue la embestida monetaria de los dueños del Paris Saint Germain, (árabes por cierto), la compra del Racing y el Málaga en España, (por inversores no tan generosos como los anteriores)  y mas recientemente la unción del Mónaco francés, que ha conseguido de nuevo estar en la primera categoría, gracias la mega proyecto de Dmitry Rybolovlev que incluye entre otras cosas a nuestros queridos James y Falcao
Sin embargo esa la oleada de petrodólares y demás que ha venido a adueñarse del futbol se remonta a

¿Cuál es el problema? Pregunta la gente. Los fanáticos y socios de los clubes no ven en estas prácticas nada de malo sino que por el contrario ansían un día recibir una llamada en la que se les notifique que el nuevo jeque o petrolero de turno está interesado en invertir en el equipo, tal  como sucediera con los hinchas de Millonarios hace varios meses, quienes ya comenzaban a soñar con un mesías salvador que les colocara a Tevez y a Neymar en la delantera

Desde su llegada a Chelsea, hace 10 años, se ha
gastado alrededor de 950 millones
de euros
El problema comienza cuando no solo les interesa traer dinero al club sino que se da inicio a una proliferación de la imagen del equipo en cuestión y que comienza a mermar en su identidad. Los primeros ejemplos son los de la publicidad. Fly Emirates por ejemplo comenzó en Chelsea hace un par de años pero ahora es  el sponsor de 5 importantes clubes, Real Madrid, PSG, Hamburgo, Milán y Arsenal. ¿Que pasara cuando dos de estos clubes se crucen en una hipotética final? . Precisamente de este último posee  no solo su camiseta sino el nombre de su plaza, pues el Highbury de antaño sucumbió a los nuevos estandartes deportivos y hoy los Gunners juegan de locales en el Emirates Stadium

El fenómeno en cuestión ha conseguido que Manchester City, no solo se cimente en dineros de medio oriente sino que además su publicidad y su coliseo pertenezcan a la aerolínea Etihad Airlines. Lo mas lógico sería que el siguiente capricho fuera cambiar el nombre del equipo. El mismo fenómeno consiguió que Barcelona, club que en otros años se negaba a llevar publicidad alguna en su camiseta, hoy luzca con orgullo el logo del Quatar Fundation por encima del de la Unicef

Es el mismo club español, el de la política austera de fichajes hace un par de años, el de la cantera por encima del talonario hace escasas temporadas, quien ha comenzado una frenética operación de renovación con el mediático fichaje de Neymar y que hoy se arrastra nombres vinculados como los de Rooney, Lewandowski, Agüero o Thiago Silva dejando de lado a los poco publicitarios Tiago Alcantara, Bartra, Delofeu o Bojan y con ello pareciéndose cada día mas a su acérrimo rival, el que un día junto a Zidane, Beckham, Ronaldo y Figo y no consiguió levantar una Liga por 3 temporadas

Recientemente se habla del interes del dueño del
Manchester City en invertir en España, mas
exactamente en el Valencia F.C
Pero ojo que Florentino Pérez, todo un experto en marketing deportivo, no es de aquellos que se deje
lastrar por sus competidores. Ya se habla de la incursión de Gareth Bale, Jovetic y de Luis Suarez a la disciplina blanca. La pregunta es como alinear a los citados con CR7, Kaka, Benzema, Higuain, Xabi Alonso, Isco, Modric y Kedhira en la titular? Quizá bajo un nuevo sistema de juego en el que se emplean 10 atacantes, todos ellos de un altísimo poder de convocatoria en la venta de camisetas

Con todo esto y más, el escenario se muestra lúgubre por más que el brillo metalizado del oro quiera hacer ver lo contrario, bajo esa línea las historias de triunfos de los próximos años se armaran a punta de talonario, con el tiempo los pocos planteles  rentables irán rebosantes de estrellas pero carentes de propiedad con el club. Los intereses económicos por encima de un juego vistoso son los que conseguirán que en un futuro el valor de un deportista sea medido por el grado de publicidad que lleve con sí y no por su talento

Yo creo en la identidad, en la cantera, en la construcción de un legado, por supuesto que también creo en los fichajes, en los buenos fichajes de acuerdo a las necesidades, no puedo ignorar la dinámica de mercado que hace parte de este espectáculo. Me apasionan los proyectos a largo plazo, me hacen sentirme orgulloso del fútbol ideologías como el Barcelona de Pep, el Arsenal de Wenger, el Manchester de Fergusson, el Dortmund de Klopp. Soy defensor del negocio del fútbol en pro de una idea como el multimillonario pero siempre promotor de talentos Bayern Munich, como los euros de la que un día fuera una gran escuela llamada Milán, como una Roma que mantiene a un símbolo como Totti a pesar de su edad.

Esos y algunos más son quienes me dejan depositar confianza en un futbol más honesto, menos transaccionista, porque creo que si fuera por los equipos y las situaciones inicialmente mencionadas este deporte seria cada vez más la representación de una frase que oí alguna vez, esa que dice que el fútbol no es más que ver correr a 22 millonarios detrás de un balón