Confieso que no soy un asiduo consumidor de televisión,
menos aun de la que se produce en este país. Razones hay muchas, aunque la mayoría
apelan a argumentos gastados como la falta de calidad, lo repetitivo de las temáticas
y lo pobre que resulta sus puntos de vista. Aun así me sentía en un deber, casi
que inexorable el día de ayer, a sintonizar esa mal llamada serie que estrenaba
Caracol acerca de uno de los episodios más sobrevalorados de la historia
reciente del país
Con un nombre tan poco sugerente como la Selección, y unas promos
que mas que entusiasmo provocaban risas, sabía yo que era un hecho el que me pondría
frente a una de esas producciones ramplonas y facilistas a las que nos tiene
acostumbrados el canal. Pero parte del morbo naciente que me hizo sentarme a
verla era que necesitaba saber cómo se iba a retratar un momento, por
desgracia, emblemático en el panorama
nacional de la época.
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imagen de El Tino en el episodio en que comienza a echar bala en una finca en Tulua |
¿Hacer una historia sobre un partido?, ¿sobre una generación
de futbolistas?. Sé que esto les va a causar molestias a más de uno (arenosos
en 3, 2,1...) pero que absurdos somos los colombianos al vivir de un partidito de nada como lo fue ese ilusorio 5 – 0 contra Argentina. El episodio que más daño le ha hecho a este país en cuestiones deportiva. Tan absurdo es vivir de ese enfrentamiento que es como si los Españoles hicieran
una serie del 10 – 0 contra Tahiti o los Brasileros
una novela del 9-0 que le
metieron a los nuestros en el año 2000.
Además de ello que alguien me diga ¿a quién le ganaron los
nuestros?, ¿Qué titulo levantaron? ¿Cuántos triunfaron en el futbol extranjero?
Sí, yo valoro el gran salto de calidad que dio el balompié nacional en esos
años pero seamos sensatos. Colombia hasta ahora es que comienza a hacerse un
huequito en el panorama mundial. Los Pibes y los Tinos dieron la pauta pero
nada más, de hecho, el titulo heroico me parece ya una exageración abismal
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Esta es la foto en la que los creativos de Caracol se han basado para darle vida al personaje de El Pibe |
Además de ello, la premisa del canal, al igual que con la
serie de Pablo Escobar, es recrear una época importante de nuestra historia. Díganme
con que veracidad se va a llegar a ello si hay gazapos de contexto histórico como
que en que en pleno 93 Higuita vistiera una camiseta que la selección usaría en
el año 2000 ( ¿viajo en el tiempo y no nos dimos cuenta?) o que a Rincón le
hayan regalado unos guayos que no existían en ese momento en nuestro país, y ni hablar de las gorras de camionero, usadas a partir de
la última década, vestida por uno de los habitantes de Pescadito en los
primeros años de carrera del Pibe Valderrama, es decir a mediados de los años
80. Por si fuera poco que alguien me explique qué carajos es el Atletico
Verdolaga o porque Faustino Asprilla roza el metro ochenta de estatura en esta
serie (debe ser que con la leche que le dieron en la Parmalat perdió centímetros)
Todos esos detalles en un solo capitulo ya le hacen caída en
su estructura de verosimilitud, sencillamente uno ya no asiste a una recreación
creíble de una etapa en nuestra idiosincrasia sino a una rechocha audiovisual
donde no se respetan acentos, contextos históricos, y otra serie de cosas que
termina por transformarlo en una parodia, en una caricatura, en un sketch largo
de Sábados Infelices.
Por si fuera poco el lenguaje audiovisual es un asco. Yo se
que el televidente promedio no se emociona con planos imposibles ni eyacula con
paneos de 360 grados o panorámicas colosales pero no seamos tan cutres y démosle
al menos una pizca de novedad a la forma en que se narra las historias. Es que
es tan predecible y acartonada la manera en que se cuenta este sancocho que por
momentos sentía que estaba viendo Oye Bonita, o Escalona, y seria de entender
porque con esta crisis de pronto a los productores se les dio por hacer la
serie con pedazos sobrantes de novelas anteriores.
Escenarios repetidos, tiros de cámara casi que calcados de
viejas producciones y todo hecho con un afán tan desmedido que sencillamente se
aprecia desde la primera escena, esa en
la que se da la supuesta salida del equipo nacional de un hotel argentino y que
parece más las puertas del Tequendama. En pocas palabras, fatal, risible, ridículo
En conclusión una soberana bazofia lo visto ayer, y que
marcara el ritmo de este tele-documental ficticio carente de todo. Por mi parte
si les auguro y espero que fracase, que dentro de poco pase al penoso horario
de las 11 de la noche y que en su remplazo entre algo con mas cabeza y presupuesto
como Los Supercampeones. Con eso Andresito Parra, Linda Palma y compañía Caracolera
dejan de tener orgasmos con esos comentarios tan sobrevalorados sobre esta pútrida
emisión de bobada colombiana. Por cierto termino con una pregunta que ayer vi
en twitter y que encierra toda esa verborrea disparada en estas letras
¿Al 8-0 entre el Real Madrid y Millonarios también le van a
hacer serie?